martes, 19 de marzo de 2013

“UNA CENICIENTA MODERNA”.

UNA CENICIENTA MODERNA”.
Había una vez, una chica muy bella, huérfana. Su nombre era Marina. Ella pasaba día y noche obedeciendo los pedidos de su horrible madrastra, una vieja viuda.
Marina vivía con su madrastra y sus dos hermanas, las cuales eran malas con ella. Estaba en 6º año de la secundaria y se había enamorado de un chico que iba a su curso. Su nombre era Francisco.
Un día, cuando Marina entró a su Facebook, vió que Francisco la había invitado a una fiesta por su cumpleaños.
Ella se emocionó mucho, ya que pensó que sería su oportunidad para decirle a él que lo amaba.
¡No vas a ir a ninguna fiesta! -le dijo su madrastra- ¡Te vas a quedar limpiando todo!. Marina se sintió muy mal y lloró, ya que no quería perderse la fiesta. Mientras que sus hermanastras, se burlaban de ella: ¡Ja, ja!. ¡Cuando vengamos de la fiesta si querés te contamos como estuvo!.
Llegó el día del cumple de Francisco y Marina pensaba que todo estaba perdido. Y le escribió en el muro a Francisco, ¡Felíz cumple!. Al terminar de escribirle, apagó su computadora, miró hacia atrás y vio que apareció un hada madrina.
-No te preocupes- le dijo el hada. Vos también vas a ir a a fiesta, pero con una condición. Cuando el reloj marque las doce tendrás que regresar sin falta y tocándola con su varita mágica, la preparó para la fiesta. Estaba irreconocible. Tenía un vestido hermoso y unos zapatos con plataforma que la hacían ver más alta.
Entonces, Marina llegó a la casa de Francisco, tocó la puerta y él atendió.
-¿Quién sos? -no la reconocía, por lo que ella sólo le dijo ¡Felíz cumple!-
Bailó toda la noche con él, mientras que sus hermanastras no la reconocían.
En medio de tanta felicidad, Marina escuchó que eran las doce y decidió huir. Salió corriendo y perdió uno de sus zapatos con taco de plataforma. Francisco corrió para intentar encontrarla, pero lo único que halló fue su zapato.
Al no saber nada de ella, ideó un plan. Hizo un grupo en Facebook, en la que había que responder una pregunta: ¿Qué perdió la chica que bailó conmigo toda la noche? Fue así que todas las chicas del colegio contestaban pero ninguna acertaba.
Hasta que un día, Marina se cansó y decidió responder. Francisco al ver que era ella, se quedó asombrado y se enamoró. Entonces decidió ir a su casa, enfrentó a su horrible madrastra y le dijo que ya no la molestara más a Marina. Y vivieron felices por siempre.

María Eugenia Paez, Primer año “B”, turno tarde. (2012)
Del libro "Cuenta tus cuentos".

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