Un día, al amanecer en la ciudad capital
de Córdoba, se encontraba un muchacho muy joven. Él había
terminado sus estudios de profesor de educación física, hacía
pocos meses atrás y había comenzado a trabajar en varias escuelas
de la zona.
Una mañana yendo a dar clases a sus
alumnos, iba caminando tranquilamente cuando ve a una joven caminando
con su teléfono en mano. Sin darse cuenta, pasa un ladrón y le
arrebata el teléfono a la muchacha. El joven empezó a correrlo
varias cuadras cuando en un momento llegando a la calle, lo empuja
para que caiga y quitarle el teléfono, cuando estaba cayendo pasó
un vehículo y lo terminó arrollando.
La muchacha encuentra al joven tomándose
la cabeza y con el celular en mano. El muy desesperado se lo entrega.
Ella estaba muy asombrada con lo que había pasado y con lo que
había hecho por ella. En ese momento, llega la policía y los
testigos declararon que él había empujado al ladrón para que el
auto lo arrollara, la policía esposa al joven y se lo lleva mientras
tanto la muchacha quedó muy triste por lo que sucedió. El joven le
dijo antes que se lo llevaran que él la iba a cuidar en todo
momento.
La justicia le dictó al joven que tenía
que pasar un día en la cárcel, ella decide esperarlo cuando salga.
Al día siguiente de haber terminado su día
en la cárcel, la joven lo estaba esperando afuera. El muy
asombrado la abraza, le agradece de corazón por esperarlo y por
haber estado con él en todo momento.
Al tiempo después, ellos ya habiéndose
conocido más, decidieron estar juntos por todo el amor que habían
sentido desde un principio y él siguió haciendo lo que más le
gustaba que era enseñarle a sus alumnos. Así estuvieron juntos y
felices.
Quinto naturales, turno mañana.