Había
una vez un pueblo muy muy lejano que se llamaba Flor de Rosas. Allí
había muchos niños, animales y un hermoso castillo.
En
el castillo vivía un rey y una reina que habían tenido una hermosa
niña que llamaron Aurora.
Cuando
se enteró todo el pueblo de Aurora fueron a festejar las hadas
contentas y los niños felices. Pero había una sola persona que no
la quería ni ver. Mandó a su dragón a que vaya a ver que tramaba
el pueblo hacer con la princesa Aurora.
Las
hadas fueron a darle un don para cuando sea grande. La hada Rosa le
dio el don del amor, la hada Azul le dio el don de la belleza y el
hada Violeta, justo cuando estaba por darle su don, llegó la
desconocida que no la quería. Ésta le dijo al rey, permíteme darle
mi don a la bella Aurora y le tiró un hechizo: cuando sea grande, al
cumplir los 16 años, antes que se ponga el sol, se pinchará el dedo
con la espina de una rama y se dormirá. Solo el amor verdadero la
despertará.
El
rey se puso nervioso y pidió que lleven a Aurora al campo y las
hadas debían hacerse cargo de la niña. No la dejarían salir hasta
que cumpla los 16 años.
Pasó
el tiempo, a los 15 años Aurora se encuentra con un sapo y éste le
dice, bésame bella princesa y me convertiré en un bello príncipe.
Aurora le hizo caso, lo besa y el sapo se convierte en un hermoso
príncipe y se enamoran.
Al
cumplir los 16 años Aurora descubre la verdad. Entonces va al bosque
y se pincha el dedo y se duerme. El príncipe la besa y le dice te
devuelvo el beso. Aurora se despierta.
Pasan
los años y Aurora y el príncipe deciden casarse y le piden permiso
al rey, quien acepta dando el si.
Hay
fiesta en el castillo, todo es felicidad para el pueblo y los nuevos
reyes.
Giuliana Pellegrini.
Primer año “B”, turno mañana.
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