En
un castillo encantado vivía una niña llamada Elizabet. Ella vivía
con un dragón grande color rojo y naranja.
Un
día escuchó unos ruidos super raros, se asomó y vio tres chicos
entrando a su casa. Como no le gustaba que entraran en su castillo se
vistió como un fantasma para espantarlos. Los chicos se fueron del
susto que se pegaron, pero uno de los chicos decidió quedarse y
enfrentar todo lo que esperaba solo, escuchó ruidos, pasos, pero
nada de eso lo asustó, hasta que llegó a un lugar muy raro lleno de
ropa, juguetes, etc.
el
chico se asustó mucho y Elizabet volvió y se enamoró perdidamente
de él.
- hola, dijo, Elizabet.
- ¿Eres un fantasma?, preguntó, el chico super asustado.
- No, tranquilo, soy de carne y hueso, dijo Elizabet.
- ¿segura?
- Si, si, soy real, no tengas miedo.
- Bueno, pero ¿qué hacés aquí?
Elizabet
y el chico, llamado Daniel, empezaron a hablar y a conocerse un poco
más.
- eres muy lindo, le dijo Elizabet.
- Gracias, tu también eres bonita.
La
princesa decidió hacer un hechizo para que él se enamorara de ella
y vivieran felices por siempre, pero se equivocó y le dió la posión
del sapo. Horas después, se convirtió en un sapo feo y chiquito. La
chica se puso muy triste porque convirtió a su amado en un sapo.
Llamó a un hada amiga para poder recuperarlo. El hada con un simple
hechizo lo volvió a la normalidad.
- chim pam pluf sapo feo vete de su cuerpo, dijo el hada.
La
princesa felíz lo besó y el chico no sabía que hacer. Días
después le pidió casamiento y vivieron felices por siempre.
Julieta Salgado.
Primer año “B”, turno mañana.
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