La reina
ordenó a las obreras que les digan a los zánganos que vayan a obtener
miel porque ya venía una ola polar y en la colmena ya no quedaba
más alimento y no tenían para darle de comer a las abejas bebés.
Días más tarde, las
obreras fueron a buscar polen y en la colmena entraron intrusos, que eran
otros insectos, a robarle toda la comida. Los zánganos defendieron su hogar y
los intrusos se fueron porque perdieron. Pero antes de irse dijeron que
volverían a pelear.
Todos los zánganos
se pusieron a practicar y a preparar muchas armas para esperar el regreso de
los intrusos. Cuando estos llegaron, los zánganos lucharon y ganaron. Los intrusos
aprendieron la lección, no hay que meterse en casa ajena.
Gastón Argüello. Primer año “A”, turno mañana.
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