Había
una vez una hermosa princesa llamada Giuliana. Ella vivía en un
enorme y bello castillo. Vivían con el rey y la reina Palacios. La
princesa estaba encerrada en una torre y no debía salir por ningún
motivo. Sus padres decidieron hechizarla y que sea custodiada por un
dragón el cual debía estar pendiente de ella.
Un
día la princesa estaba muy cansada ya de estar encerrada y decidió
salir a conocer el mundo. Sus padres se lo prohibieron y ella juró
no obedecer. Los reyes se ofendieron mucho y tomaron la decisión de
hechizarla. El hechizo consistía en que si ella salía del castillo
se convertiría en un sapo.
La
princesa se cansó y dijo hoy saldré. Salió, conoció gente, un
hermoso pueblo y a un hermoso príncipe el cual se enamoró y
decidieron casarse. Ellos pudieron casarse porque el hechizo nunca se
cumplió porque la hechicera era la madre del príncipe y
rápidamente, al reconocerlo cambió el hechizo para que nunca se
separara del príncipe.
Brisa Varela. Primer
año “B”, turno mañana.
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