En una colmena gigante había miles y miles de abejas
y una sola reina. Ella pone más de veinte mil huevos por día. Las abejas
están protegidas por los zánganos.
Las obreras fueron por polen, que sacan de las flores
para hacer miel, y luego volvieron a la colmena. Pero hubo una
equivocación, regresaron a la colmena equivocada, la de los malvados. A las
pobres obreras las metieron presas y les sacaron el polen que recolectaron ellas
mismas.
Una de las obreras tenía un cuchillo y otra una cuchara. Las
dos comenzaron a cavar y rascar la pared de la colmena. Cavaron y cavaron,
mientras las otras vigilaban por si venían los guardias, hasta que lograron
hacer un hueco y salir. Huyeron hacia su colmena y contaron lo sucedido a la
reina.
Más tarde, se pusieron a discutir las dos reinas y una le
dijo “les declaramos la guerra”. Cuando estaba por comenzar la guerra entre las
dos colmenas, una obrera pequeñita les dijo a todos ¡ALTO!. Todos se quedaron viendo
a la linda abejita y siguió hablando.. ¿por qué pelear? Si nos podemos
querer, amar. Las dos colmenas se disculparon y se unieron. Aprendieron que unidas
viven mejor y fueron felices por siempre.
Ezequiel Alvarez.
Primer año “A”, turno mañana.
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