Había
una vez un pueblo donde todos se peleaban hasta que vino a vivir una
familia muy buena. Esa familia tenía un hijo llamado Ángel. El niño
tenía tan sólo cinco años. Pasó el tiempo, el niño creció, ya
tenía doce años, y se fue dando cuenta que el pueblo donde vivía
estaba lleno de ira.
Una
mañana el chico se levantó muy triste por la ira de su pueblo y le
pidió a Dios que se fuera todas las peleas que tenía el pueblo.
Pasó un mes y los padres de Ángel fallecieron por salvar a unos
ancianos de un ataque.
Ángel
sufrió tanto, lloró y lloró hasta que se quedó sin fuerzas, y se
durmió profundamente. Se transformó en una planta a la que llamaron
“la planta de la amistad”. A partir de ese momento, en el pueblo
no hbo más ira gracias a la magia de esa planta que cubrió a todo
el pueblo.
Nicolás Rubio.
Primer año “A”, turno tarde.
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